El kéfir de agua, es un SCOBY (cultura simbiótica de bacterias y levaduras), es un ecosistema vivo que, con los cuidados correctos, te brindará una bebida probiótica y llena de vitalidad. Para asegurar su éxito y longevidad, la clave está en comprender su ciclo de fermentación y utilizar las herramientas adecuadas.
¿Fermentación: Aeróbica o Anaeróbica?
El proceso de fermentación del kéfir de agua es principalmente anaeróbico, pero con una fase inicial aeróbica. En las primeras horas, las levaduras y bacterias consumen el oxígeno presente en el agua. Una vez agotado, el proceso se vuelve anaeróbico, donde los microorganismos transforman los azúcares en ácidos y dióxido de carbono (CO2), creando las burbujas características.
Este conocimiento es crucial para elegir los accesorios de fermentación correctos.
Cuidado de tus Gránulos: Preparación y Fermentación
Para que tus gránulos de kéfir de agua prosperen, sigue estos pasos esenciales:
- Higiene: Lava todos los utensilios con agua caliente y jabón neutro. Enjuágalos bien para no dejar residuos. Prefiere utensilios de vidrio, madera o plástico de grado alimenticio. Evita siempre el metal, para ayudarte contamos con utensilios de madera, cucharas de diferentes tamaños según tu gusto.
- Ambiente ideal:
- Temperatura: La temperatura perfecta es entre 20°C y 25°C.
- Medición: Usa la cinta de medición de temperatura de nuestra tienda en tu frasco. Esto te asegurará que la cultura esté en el rango óptimo, que a veces puede variar en los distintos ambientes de tu hogar.
- Medición de pH: El pH es un indicador de la acidez de la bebida y la salud de los gránulos. El pH ideal al final de la primera fermentación debería estar entre 3.5 y 4.5. Puedes usar las tiras reactivas de pH de nuestra tienda para un control preciso. Si el pH es muy alto, fermenta por más tiempo; si es muy bajo, reduce el tiempo de fermentación.
- Fermentación exitosa:
- La Primera Fermentación: Esta es la etapa de nutrición de tus gránulos. Debes usar un frasco de boca ancha para permitir que la cultura respire y fermente. Coloca tus gránulos, agua filtrada y azúcar de caña.
- Control de Contaminantes: Para la primera fermentación, usa la cubierta de tela anticontaminaciónque vendemos en nuestra tienda. Esta tela permite la salida natural del CO2, que es esencial, mientras protege el cultivo de insectos, polvo y otras partículas del ambiente que podrían contaminarlo.
- La Segunda Fermentación (opcional): Una vez que has colado el kéfir y lo has separado de los gránulos, puedes hacer una segunda fermentación. Esto potencia las burbujas y permite añadir sabores (frutas, especias). Para este paso, usa una de nuestras botellas herméticas. Al sellar la botella, las levaduras atrapan el CO2, lo que genera una bebida más carbonatada y deliciosa.
Cuidado de los Gránulos Inactivos
Si necesitas tomar un descanso de la fermentación y no quieres hacer una nueva preparación, debes cuidar tus gránulos para que se mantengan viables.
- Almacenamiento en frío: Transfiere los gránulos a uno de nuestros frascos de 1 litro con válvula fermentadora. Llena el frasco con agua azucarada (una cucharada de azúcar por cada taza de agua) y sella con la válvula fermentadora.
- Beneficio de la válvula: Esta válvula permitirá que los gases que se sigan generando lentamente escapen, evitando una acumulación de presión, mientras que su diseño unidireccional no permitirá que entren contaminantes. De esta forma, tus gránulos pueden permanecer en el refrigerador de 1 a 2 semanas sin problema. Para períodos más largos, es recomendable cambiar el agua azucarada semanalmente.
Al reanudar la fermentación, simplemente saca los gránulos del refrigerador, cuélalos y úsalos en una nueva preparación normal. Verás cómo en 24-48 horas, vuelven a estar activos y listos para una nueva tanda de bebida probiótica.